La pesca en el hielo
Comencé a pescar en el hielo
cuando murió mi madre.
Todas las mañanas
iba en el trineo
a inventar de nuevo el mundo.
Los peces me daban el calor
de su movimiento.
Creo que sé lo que hago:
cavo un hueco y busco
vida
en el útero helado.
Veneno
Como cada mañana se abre
con el olor del pan
se abrió mi corazón con el dolor
de tu partida.
Ubre de silencio me amamanta.
Túnica de harina me amortaja.
El trigo que se mueve con el viento
me mueve sin propósito.
No hay bendición que me contenga
ni consuelo que me llegue repartido.
El pan que me alimenta
es
el pan que me envenena.
Pobreza
La
noche de los pobres
se
aleja de la luz.
Los
pobres tienen mosaicos de camellos en la frente
y
de sus cabezas
ensortijadas
de solenoide
se
escapan los vientos de la crin.
Fantasmas
de pan
mansalvas
de aceituna
liberan
a los pobres por la noche
de
sus pobrezas de borrachera
sus
resacas de sombra.
Este
mundo es
la
pobreza.
Nadie
que haya caminado
hasta
la madrugada
podrá
desmentirme.
Se
aleja de la luz. Se me
aleja
de la luz.